2 ene 2008

El abanico de seda, "seda literaria"




Empiezo el año recomendando un libro que está encima de mi mesa, esperando un pequeño homenaje desde que lo terminé de leer hace un mes.
Lo han impedido viajes, mal tiempo que indispone el ánimo, un virus traicionero con pinta de neumonía...
Al fin, os presento a Lirio Blanco y Flor de Nieve, dos mujeres chinas del siglo pasado que tuvieron una hermosa relación durante casi toda su vida y la escribieron en los pliegues de su abanico.
Nacieron el mismo año y el mismo día y les vendaron los pies también en la misma fecha. Aunque son de distinta clase social y viven en lugares distintos, ambas se convierten en laotong ("mi otro yo", "mi alma gemela") tras una ceremonia ancestral, estableciendo un vínculo para toda la vida, más importante incluso que su matrimonio. Porque ellas no eligen a su marido y sí, en cambio, a su laotong, con quien se unen de forma voluntaria para seguir una tradición milenaria.
Durante sus vidas intercambiarán mensajes en su abanico, escritos en el lenguaje secreto de las mujeres, el nu shu, donde repasarán los acontecimientos que las marcarán en su evolución. Se cree que el nu shu, utilizado en una remota provincia de Hunan, apareció hace mil años y parece ser la única escritura del mundo creada y usada sólo por mujeres.
Desfilan por estas páginas cargadas de la belleza, la dignidad y el coraje de las mujeres chinas, mutiladas cruelmente desde los seis años para que tuvieran unos pies diminutos y con forma de loto (tortura que a algunas les causaba hasta la muerte por gangrena), tan nimiamente valoradas en su sociedad que cuando una hija se casaba, la despedida de su madre era "Gracias madre por criar una hija inútil", que veían pasar pasar su vida en "las habitaciones de arriba", que consideraban la intimidad matrimonial "una tarea como tantas otras"que debían aprender, y que recibían de sus madres esta filosofía vital: "la belleza sólo se consigue a través del dolor. La paz sólo se encuentra a través del sufrimiento".

Sólo con Flor de Nieve aprendería Lirio Blanco las dulzuras de la risa, las intimidades del alma, los pasos prohibidos del baile de la sexualidad. Porque las laotong son "como dos largas enredaderas con las raíces entrelazadas, como dos árboles que viven mil años, como un par de patos mandarines emparejados de por vida". Sin embargo, aún compartiendo pensamientos y emociones, consolándose de las penalidades del matrimonio y la maternidad, vivirán también la desconfianza, los celos y los errores de la incomunicación. El nu shu que tanto las une, provocará también un error de interpretación que tambaleará su profunda relación.
Una ventana a un mundo asombroso, remoto y desconocido, pero que comparte la misma carga de represión y férrea autoridad masculina que cualquier comunidad de mujeres a lo largo de la historia y nos enseña la pequeña lección que nunca deberíamos olvidar a la hora de etiquetar sexualidades: que es imposible etiquetar todos los afectos, todas las clases de amor, que algunos se escapan, se entremezclan, se difuminan...
Que las mujeres, sigo tras siglo, en todas las culturas, han poseído y cultivado sus propias formas de arte, se han regido según sus propios códigos morales frente a la sociedad que censuraba su sexualidad, han protagonizado sus rebeliones y han dejado para la posteridad poderosos testimonios, como este, de valentía y amor, de humanidad y humildad.
Un libro bellísimo, de los que no se olvidan fácilmente.

3 comentarios:

Marta Uma Blanco dijo...

Ummm, la verdad es que lo has pintado tan bien que ya estoy deseando adentrarme en ese lenguaje secreto y conocer a sus protagonistas.
Un abrazo de tu amiga
Marta Uma

Angie Simonis dijo...

Por cierto, ayer vi en la tele que ha salido una colección de libros sobre mujeres y el primero es precisamente El abanico de seda, nada menos que a tres euros en promoción...
No os perdáis la oportunidad

Anónimo dijo...

"libre, inconformista, empeñada en cambiar un mundo que no cambia....." me gusta la presentación que haces en tu blog.
Aunque no cambie siempre hay esperanza mientras haya mujeres como tú que no tiren la toalla.

¿has leído "nacer mujer en China" de xinran?

te lo recomiendo.

Un abrazo.