A MIGUEL HERNÁNDEZ
Miguel
visité tu casa
pisé tu suelo
olí tus pasos
rumor de alpargata...
Sentí tu huella
de hombre bueno
hombre del pueblo...
En tu rugosa higuera
hinqué mi mano
y sobre mi palma ávida
quedó la esencia
de tu recuerdo
Palpé tu huella
de hombre eterno
eterno poeta
Oí las cabras,
cantándote risueñas
en la mañana
Lloré las palizas de tu padre
tu carne de niño maltratada
tu rabia
Husmeé los guisos de tu madre
en la lumbre antigua
frente a las tinajas
Casi vi corretear tus palabras
escritas a escondidas
subiendo monte arriba, entre las matas...
Recé por tu descanso
de hombre guerrero
hombre sincero.
Angie Simonis (29/10/2003)
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