5 jul 2013

THREE O'CLOCK: ARTENEA

A las tres de la tarde,
como el torero de Lorca,
en plena siesta derretida,
entonces nací yo.

A las tres de la tarde
se siente pereza de ser nacida;
mi madre decía que le costé
mucho dolor y demasiadas horas,
estaba cansada de mí desde antes de nacerme.

Será por eso que todos los días,
a las tres de la tarde,
me meto en el útero de la Diosa
a derretirme siesta...

Yo, como Artemisa, me parí sola
y me pasé media vida sirviendo a mi madre.
O, como Atenea,
salí de un muslo del Patriarcado,
insatisfecha, rebelde, feminista...

Hoy, a las tres de la tarde,
he decidido rebautizarme
puesto que he vuelto a nacer.
Con sumo esfuerzo me he despojado
de mi última piel,
que yace, traslúcida y olvidada
en la cuneta de lo cotidiano.

Ahora soy Artenea,
la de los ojos abiertos, que no glaucos;
otra Mujer Salvaje
aullando su noche,
aunque naciera a las tres de la tarde,
a pleno día,
tragándome con avaricia
el sol del mediodía.