Así que hoy me he levantado (todavía un poco mareada y debilucha) con la corajuda intención de pasar un año más la jodida navidad, el año nuevo, los reyes, etc. y seguir viva y seguir siendo yo. Y respetar a quienes disfruten y crean en la Navidad...
Pero, aunque no celebre (sólo soporte) estas fiestas, sí me gusta celebrar Yule, el solsticio de invierno. El presentimiento, la esperanza de que, a pesar del frío y la oscuridad, hay una pequeña luz en el horizonte que anuncia el regreso del sol y de la luz. El fuego de mi chimenea refleja la luz dulce y generosa de mi interior, que renacerá en este nuevo ciclo para que yo pueda seguir viviendo con alegría y dando lo mejor de mí.
Se nos olvida que dar es mucho más divertido que recibir. Como hijxs de la cultura consumista, regalamos por puro compromiso en estas fiestas, cuando en realidad, el espíritu que habita en los regalos de navidad, mucho más antiguo y pagano, es que es un honor y una bendición regalar... Mejor que comprar y ahora que escasea el dinero, encontrar medios creativos para expresar el amor mediante el regalo es una experiencia llena de alegría.
"Desprenderse es sencillo y, al mismo tiempo, rico y complejo. La lección más importante, entre otras, de esta práctica de dar y tomar nos enseña que personificamos la abundancia amorosa de Todo-lo-es. Eso nos da una oportunidad de expresar nuestra gratitud por la prosperidad que tenemos en nuestra vida y de dar las gracias por nuestros amigos y a nuestros amigos. A veces nos permite expresar la generosidad del perdón a nuestro enemigos. Este es el tiempo de aportar algo nuevo en la vida de otra persona y quizá dar una nueva vida a nuestras cosas. Y al recibir, cada una de nosotras se abre al amor, el perdón y la compasión. Hace falta valor para apoderarse de algo porque lo merecemos, lo queremos o lo valemos. Todas las cosaas se pueden experimentar en su forma más divina si nos abrimos a la corriente de bendición universal.
El flujo del universo es el movimiento de dar, tomar y recibir, de la gratitud y la acción de gracias y luego poner la energía nuevamente en circulación. Nada permanece estático en ese movimiento energético y cada una de nosotras aprende las lecciones de ser una persona generosa que da y una recepetora agradecida. Papeles con los que nos llevamos más o menos bien en diferentes etapas de nuestras vidas.
Hay personas sometidas a sus deseos que tienen que adquirir cosas, hasta que se percatan de que nada de lo que consigan llegará a satisfacerles. A partir de esa sabiduría personal puede verse qué esconde su deseo en busca de sus necesidades reales. Otros se sienten tan inclinados a dar y dar que se agotan. Los hay que reciben como si se les debiera, sin el más mínimo pensamiento de gratitud y ni se les ocurre dar gracias por la abundancia concedida. Todos parecen deprimentes, pero en realidad son reflejos del viaje de nuestra vida. Si logramos afrontar nuestras propias verdades incómodas y parender, entonces podremos transformarnos en los seres sagrados que en verdad somos. Podemos entrar en el flujo del universo y abrazor todo don y regalo con alegría, sabiendo que todos somos preciosos regalos de y para la diosa."
Gail Wood. Calendario Llewellyn 2010 de las Brujas
No hay comentarios:
Publicar un comentario