2 sept 2008

MI ESCRITORA FAVORITA




Siempre me gustó tanto leer y he leído tanto y a escritor@s tan diferentes que cuando me preguntaban ¿cuál es tu escritor favorito? me quedaba pensando sin saber qué responder... Además, siempre me lo preguntaban así, en masculino.
Hasta los treinta y pocos no fui consciente de que me había pasado la vida leyendo a hombres, que todos mis referentes literarios eran hombres, todo mi sustrato cultural lo conformaban obras de hombres, desde Alejandro Dumas, que fue mi primer escritor de persona mayor, hasta Cervantes, que fue uno de los últimos. Así que si hubiera podido responder sobre mi escritor favorito, hubiera elegido, sin duda, a uno de ellos.
En tercero de carrera, cuando descubrí a Pardo Bazán en la asignatura de Literatura Española III y a Gioconda Belli en la optativa de Literatura Hispanoamericana de los 60, me percaté fascinada (y un poco horrorizada) de qué poquísimas mujeres había leído durante mi vida y qué poco las recordaba...
Desde entonces sólo leo a mujeres. No fue una cuestión de feminismo radical, sino de justicia poética... Era para compensar treinta años sin darle una oportunidad a las mujeres, de forma involuntaria, claro ¡es tan aplastante el peso del patriarcado! Naturalmente, no he sido todo lo estricta que debiera... algún que otro escritor se me ha colado en este tiempo, pero debo decir en mi descargo que los infiltrados o eran hombres que escribían en femenino (como Cervantes, o Lorca y pocos más), o los tuve leer por motivos de fuerza mayor para mis investigaciones. Pobre excusa, pero verdadera... Ahora mismo estoy abierta a leer a los hombres, pero si son de los que merecen la pena, es decir, si no intentan todo el tiempo demostrándome lo listos que son, lo bien que escriben y lo estupenda y heroica que es la vida de los hombres.
Pero me estoy desviando mucho del tema del que quería hablar, ¡qué síndrome de persiana me coge a veces!
Y es que hace un rato me he dado cuenta de que ¡ya tengo mi escritora favorita! De ella lo leería todo sin dudarlo, con avidez, con ella trasnocharía todas las madrugadas del mundo, con una novela suya no me importaría vivir otra vez en Barcelona y hacer interminables viajes en el metro, perdiéndome todas las paradas (bueno, esto es una hipérbole literaria, o exageración en lengua más vulgar y entendible).
Ella sabe transportarme a esos "mundos posibles", tan literarios y tan deseables de ser vividos que no volvería jamás.
Es Marion Zimmer Bradley.
Con ella he conocido la versión verdaderamente apasionante de la leyenda del rey Arturo, he conocido a Morgana Le Fay como si fuera amiga mía de toda la vida, y a la que siempre es la buena y la guapa en todas las versiones masculinas, la insufrible Ginebra, la he podido entender y perdonar. He conocido un país mágico llamado Avalon, donde habitaban las sacerdotisas de la Diosa y donde no podía entrar ningún ser humano desde la realidad, sino a través del conjuro de Morgana. Las nieblas de Avalon es una de las mejores novelas jamás escritas, un libro difícil para llevarse a la playa porque pesa muchísimo, 859 páginas en la edición de bolsillo de la versión española, pero un libro que se queda corto cuando llegas a la última página, desolada porque se ha terminado... Así que no tienes más remedio que volver a leerlo al cabo del tiempo porque echas terriblemente de menos a esas amigas que Marion te da a conocer, a todas esas mujeres tan reales que ella creó con su visionaria imaginación.

Después me adentré un poco más allá en el tiempo de Avalón, con La Casa del Bosque y conocí de primera mano la cultura celta, con sus druidas y sacerdotisas, anterior al cristianismo, luchando contra la ocupación romana y sus dioses guerreros, tan desconsiderados y crueles con la Diosa, casi tanto como el misógino dios cristiano que definitivamente acabó con ella.
Del pasado al futuro y otra vez Marion me atrapó con su saga de Darkover, un planeta imaginario de cuatro lunas, donde convivían humanos y darkovanos en constante choque cultural y donde habitaban amazonas y sacerdotisas con una fuerza telépata tan enorme que eran capaces de crear la energía que movía el planeta...
De nuevo me trasladé al pasado, un pasado que conocía tan bien como la tienda de la esquina (o al menos eso creía yo). Porque de pronto conocí otra ciudad de Troya, otro Príamo, otra Helena, otro Aquiles, otra Pentesilea, otro Ulises, que nada tenían que ver con la versión oficial de la Ilíada y que me confirmó lo que mi corazón sabía pero mi mente nunca había imaginado: que toda esa versión del producto más influyente de nuestra cultura no era más que una monumental y patriarcal mentira, que todos los valores que ensalzaba y haría eternos el hipotético Homero y que seguiría con entusiasmo toda la literatura occidental posterior no eran más que el principio malévolo de la cadena de los errores masculinos: la guerra, la crueldad, el egoísmo, la violencia, el desprecio por lo femenino, el dominio de la mujer, su humillación...
Pero a la que mejor conocí y que pasó también a formar parte de mi círculo de amigas literarias fue a Cassandra, la visionaria, la que todos insultaban como agorera y portadora de la mala suerte, la gemela del irresponsable y egoísta Paris, esa increíble mujer, princesa, amazona, sacerdotisa, a la que Homero apenas presta atención y que sin embargo, conocía mejor que nadie el destino de Troya. La Antorcha fue nuevamente la lectura gozosa y a la vez atormentada de largas noches que pasaban en un suspiro, la causa de que durmiera en el sofá para no molestar a Adriana con la luz encendida, y otra vez la desolación cuando llegué a la página 459 e inmediatamente, esta vez sin ni siquiera darme un respiro, volví a la primera página para gozarla de nuevo.

Marta y yo descubrimos hace poco cotilleando en internet que las cenizas de Marion fueron esparcidas en Glanstonbury Tor, el pico desde donde se dice que se podían ver las lagunas que rodeaban Avalon y que ahora son un inmenso mar de tierra verde. Marta y yo hemos llegado también a la conclusión de que todo su inmensa y prolífica obra literaria no procedía sin más de la imaginación desbordante de una escritora normal. Marion era una visionaria, tenía el poder de ver otros mundos, otras épocas y que conoció en sus visiones a las mujeres que los poblaron. Su forma de escribir no es elaboradamente literaria, no es pródiga en alambicados juegos de estilo, sino antes al contrario, peca de demasiado realista en su técnica literaria y, sin embargo, lo que está contando no tiene nada que ver con la realidad que el mundo considera "real". Ese realismo es, simplemente, una descripción de algo que conoces bien, con lo que estás tan familiarizada como con tu barrio y tu pueblo. Ella estuvo allí, no se lo imaginó sin más.
En fin, no hay más que leerla.
Lamentablemente, como todo lo mejor, es un bien escaso. La mayoría de sus libros de la saga de Darkover están descatalogados (excepto La casa de Thendara, que descubrí el otro día en la FNAC), aunque algunos se pueden bajar de internet. Sí se pueden encontrar Las nieblas de Avalón y La casa del bosque (también en la FNAC) y para las que se desanimen con la extensión de la primera, hay una mini serie que también está genial y se puede bajar de internet con el mismo título. La antorcha, inencontrable que yo sepa en papel, también me la tuve que bajar de internet y os aseguro que impresa pesa una tonelada...
En fin, son casi las dos de la mañana y me voy con Marión. De nuevo he empazado a leer La Casa del bosque porque Marta estuvo la semana pasada en Glanstonbury y me ha vuelto a picar el gusanillo de estar con las colegas celtas, descendientes de los supervivientes de la Atlántida.
Por cierto, hay otra novela de Marion sobre la Atlántida (The fall of Atlántida), pero no la he encontrado traducida al español, me la he bajado de internet en portugués y me estoy haciendo el ánimo de acometer su lectura. Así, de paso, aprendo algo de portugués...
Fuente de Avalón
Desde aquí Morgana Le Fay y las sacerdotisas
de Avalón veían el mundo pasado y futuro


Panorama desde Glanstonbury Tor, lo que se supone
que fueron las lagunas de Avalón


Aquí se pueden comprar algunos de sus libros:
http://www.casadellibro.com/libros/bradley-marion-zimmer/bradley32marion2zimmer

Fotos cortesía de Marta, de su viaje a Glanstonbury.


8 comentarios:

Marta Uma Blanco dijo...

Ay, Angie querida, yo también estoy releyendo la casa del bosque. Respecto al libro de la Atlántida tiene que ser impresionante y también está en inglés... pero de momento no me veo con ánimos, no se disfruta igual.
Me ha encantado tu artículo sobre nuestra-porque ya lo es- querida autor.
Un abrazo de hermana
Marta

Angie Simonis dijo...

pues estoy buscando como loca La Dama de Avalón ¿tú lo tienes? En internet no est´s y en la casa del libro agotado... Si lo encuentras por algún sitio, intenta conseguirme uno a mí.
Yo creo que en portugués no va a ser tan difícil de leer, es como leer en castellano o en catalán antíguo, al principio cuesta un poco pero le vas cogiendo el tranquillo. Cuando termine la casa del bosque lo intento... Además, el portugués me encanta.

yosune dijo...

Las leyendas artúricas son muy petardas y las mujeres se catalogan como las buenas, puras y virginales y sino como las brujas desalmadas... pufff. Leí las suficientes como para aburrirme de Arturo de Merlín y de sus luchas...

De Marion solo leí Las nieblas de Avalon pero apuntaré los demás títulos del post para leerlos también.


besinos desde la tierrina¡¡¡

Angie Simonis dijo...

Por eso me gusta tanto Marion, porque sus heroínas de puras y virginales tienen bien poco... son mujeres de carne y hueso... con la misma porción de brujas y de santas que hacen el equilibrio perfecto de la humanidad femenina.
Léete La Antorcha, a ti que te gustan tanto los mitos...

Jo dijo...

La dama del Lago es el que te falta Angie, lo tengo, tengo los tres y la evolución que hacen las mujeres y la descripción de Marion en esa trilogía es de lo mejor que leí hace mucho mucho tiempo.

Ahora lo tengo prestado, los tres, pero... si lo localizo por aquí, en Xixón, prometo enviártelo.

Y gracias por el resto de títulos, voy a buscarlos aunque sea en inglés.

Jo dijo...

perdona que utilice de nuevo este medio , pero es que no tengo tu dirección. O sí la tengo pero no sé donde.

Bueno, soy Adriana y era para decirte que encontré los 5 primeros de darkover, en internet, la página: tienda.dreamers.com

al parecer ellos no los tienen agotados.

yo ya los pedí.

Jo dijo...

perdona que utilice de nuevo este medio , pero es que no tengo tu dirección. O sí la tengo pero no sé donde.

Bueno, soy Adriana y era para decirte que encontré los 5 primeros de darkover, en internet, la página: tienda.dreamers.com

al parecer ellos no los tienen agotados.

yo ya los pedí.

Angie Simonis dijo...

¿seguro que es la Dama del Lago y no La Dama de Avalón? Que yo sepa la trilogía del Avalón son La Casa del Bosque, la Dama de Avalón y las nieblas de Avalón? No me digas que hay otro...
Por cierto, me he suscrito a un foro chulísimo que se llama precisamente Las nieblas de Avalón y una de las moderadoras, Rowan, está traduciendo ¡TRES libros de la Marion!
http://www.nieblas-de-avalon.com/forum.php?sid=2ffb5a4b8c55131ade4c8b1f8309b5fa
Gracias por la información, mi correo puedes encontrarlo en mi perfil, es vox populi