Mamá Angie me ha dado permiso para escribir en su blog y presentarme a tod@s vosotr@s.
Llevo ya casi tres semanas con mis nuevas mamás, Angie y Adriana, mi mamá biológica no sé qué fue de ella, pero estoy muy contenta, porque mis mamás adoptivas me miman mucho y me dan muy bien de comer. Me lo como todo, hasta la naranja (y la comida de mi hermanita Doni, cuando no me ven las mamás).
Hace sólo tres semanas yo estaba muy solita y tenía mucho frío y me metí en un coche que estaba aparcado enfrente de la cafetería donde trabajaba mamá Adriana. Pero tenía mucho miedo y mucha hambre y no paraba de maullar, así que desde la cafetería llamaron a la polícía municipal para que me sacaran del coche. Los guardias pensaban que el cohe estaba abandonado porque estaba un poco sucio, pero no, era el coche de Carlos, un amigo de mis mamás que vive allí cerca y no tiene mucho tiempo para lavarlo; a mí no me importaba que estuviera sucio porque estaba calentito. Llegaron tres coches de la policía (no entiendo por qué tantos, si soy tan pequeñita) y armaron mucho jaleo y yo me asusté mucho y mordí una mano enorme que me quería coger. Luego supe que era de una municipala amiga de mamá Adriana, por lo que le pido disculpas, pero es que estaba muy, pero que muy asustada.
Yo pensaba que los municipales venían a rescatarme y llevarme con mi mamá, pero no, simplemente me sacaron del coche de Carlos y me dejaron enfrente, en el jardín del asilo, donde había muchos gatos grandes y malos que me echaron enseguida de allí. Vagué toda la noche buscando un lugar caliente y por la mañana muy temprano encontré otro coche donde cobijarme. Pero seguía teniendo hambre y maullaba desesperada de miedo cada vez que alguien se acercaba. Resulta que el nuevo coche que era de la hija de la dueña de la cafetería donde trabajaba mi mamá y pronto escucharon mis maullidos. Justo la noche antes, mamá Adriana y mamá Angie habían estado hablando de mí sin conocerme, porque mamá Angie hacía tiempo que queria un gato y pronto nos mudaremos a una casa en el campo donde es posible que haya ratones que yo podré cazar cuando sea un poco más grande. Así que mami Adriana llamó a mami Angie y ella vino con unos guantes puestos a por mí. Abrieron el capó del coche (yo estaba donde el motor, que se está más calentito) y mami me cogió con mucho cariño (no como el guardia del día anterior) y me empezó a llamar "tesoro" , "cosita mía", "chiquitín" (aún no sabía que era una gatita) y aunque yo no sabía lo que quería decir, no me parecieron cosas malas... También dijo "Ay, qué sucio está, pobrecito mío", pero no lo dijo con asco, sino con pena.
Mami Angie me trajo a casa y me dio leche tibia, pero yo no sabía que era buena y me metió en la boca con una cosa muy rara que se llama cuentagotas, como si yo fuera un bebé recién nacido. Menos mal que pronto descubrieron que podía comer cosas normales y a mediodía me dieron pollo asado y por la noche atún.
Al principio yo seguía estando muy asustada y desconfiaba, buscaba rincones oscuros para esconderme, como detrás del sofá y debajo de las estanterías, pero mami Angie me sacaba de allí con mucha paciencia y me acariciaba muy dulcemente. También Mami Adriana cuando llegaba del trabajo me acariciaba mucho y me decía cosas bonitas. Poco a poco fui perdiendo el miedo y ahora estoy muy tranquila porque sé que ellas me quieren mucho y me van a cuidar siempre. Mi hermanita Doni al principio no me dejaba acercarme a ella, me gruñía (claro, no me conocía y sospecho que estaba celosa de mí), pero ahora ya se ha acostumbrado a mí y me deja que me acueste cerca de ella en el sofá e incluso muchas veces nos subimos las dos al regazo de mami Adriana mientras está en el ordenador.
Mami Angie no nos deja subirnos cuando trabaja en el ordenador. Pero no es que sea mala, ni mucho menos... ni hablar: se pasó dos días enteros pensando qué nombre ponerme. Primero, al día siguiente de recogerme, me llevaron al veterinario para asegurarse de que era un gatita y que no me pasaba nada grave. Mami estaba leyendo una novela sobre las amazonas y allí decía que el nombre de amazonas se lo inventaron los griegos, que a ellas no les gustaba que las llamaran así, se enfadaban mucho con los griegos esos. El nombre de su pueblo era tal Kyrte, que significa "gente libre", así que mami decidió llamarme Kyrte. Dudó mucho porque también le gustaba mucho Isis, menos mal que no me lo puso porque seguro que hay muchas gatas que se llaman Isis, pero seguro que no hay ninguna que se llame Kyrte, así que ¡gracias mami por ponerme un nombre tan bonito y tan original.
Mis mamis le dan muchas gracias a la Madre por haberme encontrado, dicen que he sido un regalo suyo, ahora, en lugar de ver la televisión se pasan el rato mirándome cómo corro, salto y hago cabriolas por el salón. Se ríen muchísimo y yo hago todavía más cabriolas, para que se rían más porque las quiero mucho y se ponen muy guapas cuando ríen a carcajada limpia.
En fin, que yo también le doy las gracias a la Madre Grande de Tod@s, porque me ha regalado una mamis muy, muy buenas y cariñosas. Y por vivir en un sitio tan bonito y tan libre como la República Libre de Amazonia, donde no dejan abandonadas a las gatitas huérfanas como yo.
Llevo ya casi tres semanas con mis nuevas mamás, Angie y Adriana, mi mamá biológica no sé qué fue de ella, pero estoy muy contenta, porque mis mamás adoptivas me miman mucho y me dan muy bien de comer. Me lo como todo, hasta la naranja (y la comida de mi hermanita Doni, cuando no me ven las mamás).
Hace sólo tres semanas yo estaba muy solita y tenía mucho frío y me metí en un coche que estaba aparcado enfrente de la cafetería donde trabajaba mamá Adriana. Pero tenía mucho miedo y mucha hambre y no paraba de maullar, así que desde la cafetería llamaron a la polícía municipal para que me sacaran del coche. Los guardias pensaban que el cohe estaba abandonado porque estaba un poco sucio, pero no, era el coche de Carlos, un amigo de mis mamás que vive allí cerca y no tiene mucho tiempo para lavarlo; a mí no me importaba que estuviera sucio porque estaba calentito. Llegaron tres coches de la policía (no entiendo por qué tantos, si soy tan pequeñita) y armaron mucho jaleo y yo me asusté mucho y mordí una mano enorme que me quería coger. Luego supe que era de una municipala amiga de mamá Adriana, por lo que le pido disculpas, pero es que estaba muy, pero que muy asustada.
Yo pensaba que los municipales venían a rescatarme y llevarme con mi mamá, pero no, simplemente me sacaron del coche de Carlos y me dejaron enfrente, en el jardín del asilo, donde había muchos gatos grandes y malos que me echaron enseguida de allí. Vagué toda la noche buscando un lugar caliente y por la mañana muy temprano encontré otro coche donde cobijarme. Pero seguía teniendo hambre y maullaba desesperada de miedo cada vez que alguien se acercaba. Resulta que el nuevo coche que era de la hija de la dueña de la cafetería donde trabajaba mi mamá y pronto escucharon mis maullidos. Justo la noche antes, mamá Adriana y mamá Angie habían estado hablando de mí sin conocerme, porque mamá Angie hacía tiempo que queria un gato y pronto nos mudaremos a una casa en el campo donde es posible que haya ratones que yo podré cazar cuando sea un poco más grande. Así que mami Adriana llamó a mami Angie y ella vino con unos guantes puestos a por mí. Abrieron el capó del coche (yo estaba donde el motor, que se está más calentito) y mami me cogió con mucho cariño (no como el guardia del día anterior) y me empezó a llamar "tesoro" , "cosita mía", "chiquitín" (aún no sabía que era una gatita) y aunque yo no sabía lo que quería decir, no me parecieron cosas malas... También dijo "Ay, qué sucio está, pobrecito mío", pero no lo dijo con asco, sino con pena.
Mami Angie me trajo a casa y me dio leche tibia, pero yo no sabía que era buena y me metió en la boca con una cosa muy rara que se llama cuentagotas, como si yo fuera un bebé recién nacido. Menos mal que pronto descubrieron que podía comer cosas normales y a mediodía me dieron pollo asado y por la noche atún.
Al principio yo seguía estando muy asustada y desconfiaba, buscaba rincones oscuros para esconderme, como detrás del sofá y debajo de las estanterías, pero mami Angie me sacaba de allí con mucha paciencia y me acariciaba muy dulcemente. También Mami Adriana cuando llegaba del trabajo me acariciaba mucho y me decía cosas bonitas. Poco a poco fui perdiendo el miedo y ahora estoy muy tranquila porque sé que ellas me quieren mucho y me van a cuidar siempre. Mi hermanita Doni al principio no me dejaba acercarme a ella, me gruñía (claro, no me conocía y sospecho que estaba celosa de mí), pero ahora ya se ha acostumbrado a mí y me deja que me acueste cerca de ella en el sofá e incluso muchas veces nos subimos las dos al regazo de mami Adriana mientras está en el ordenador.
Mami Angie no nos deja subirnos cuando trabaja en el ordenador. Pero no es que sea mala, ni mucho menos... ni hablar: se pasó dos días enteros pensando qué nombre ponerme. Primero, al día siguiente de recogerme, me llevaron al veterinario para asegurarse de que era un gatita y que no me pasaba nada grave. Mami estaba leyendo una novela sobre las amazonas y allí decía que el nombre de amazonas se lo inventaron los griegos, que a ellas no les gustaba que las llamaran así, se enfadaban mucho con los griegos esos. El nombre de su pueblo era tal Kyrte, que significa "gente libre", así que mami decidió llamarme Kyrte. Dudó mucho porque también le gustaba mucho Isis, menos mal que no me lo puso porque seguro que hay muchas gatas que se llaman Isis, pero seguro que no hay ninguna que se llame Kyrte, así que ¡gracias mami por ponerme un nombre tan bonito y tan original.
Mis mamis le dan muchas gracias a la Madre por haberme encontrado, dicen que he sido un regalo suyo, ahora, en lugar de ver la televisión se pasan el rato mirándome cómo corro, salto y hago cabriolas por el salón. Se ríen muchísimo y yo hago todavía más cabriolas, para que se rían más porque las quiero mucho y se ponen muy guapas cuando ríen a carcajada limpia.
En fin, que yo también le doy las gracias a la Madre Grande de Tod@s, porque me ha regalado una mamis muy, muy buenas y cariñosas. Y por vivir en un sitio tan bonito y tan libre como la República Libre de Amazonia, donde no dejan abandonadas a las gatitas huérfanas como yo.
1 comentario:
Hola amiga gatita, somos tigrita y pepita las compañeras de Lilith, sabes dile a tus mamis que las Diosas Sejmet Y Bastet van a bendecirlas por no olvidarse de uno de nosotros, por que la gente es tan intolerante con los gatitos?, aqui en México la vida de los cats es bien dura, pero la diosa no nos olvida, no se olvida ni de sus mas pequeñas criaturas, y no te subas al ordenador, aunque sabemos que es delicioso, ya que nosotros somos mas sensibles a la electricidad. un saludo amiguita. miau, miua
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