No sé cómo vivirán el amor otras parejas, pero entre mi mujer y yo, estar separadas es casi como un dolor físico.
Es que llevo siete larguísimos y dolorosos días sin verla.
te echo de menos (I)
Te echo de menos.
Mi mano viuda
sin la redondez de tu pecho,
mi pierna fría
sin la calidez de tus muslos,
mi boca huérfana
sin la dulzura de tu pezón.
La cama
inmensa
la soledad
atronadora
Te echo de menos.
El silencio
asesino de tu risa.
imagen de Rigel Herrera "muñeca II"
te echo de menos (II)
Masticar la rabia
sosegar el ánimo
postergar el sueño
para no sumergirme
en el mar de hielo de nuestra cama.
Cama bicéfala
a la que le falta un miembro.
Escribir dolida
absurdas telarañas
con pretensión de versos
que no son más que aullidos
de tu loba, que te reclama
que le exige a la luna
el calor de tu sombra
la cascada soñolienta de tu pelo
y que ella, impávida,
no me concede.
Me martillea, me martillea
este silencio de viernes noche
me enreda rimas tristes entre los dedos
que no son rimas
que no son nada
más que huecos.
Por dentro me recorre la lengua encendida
me registra todos los rincones,
buscándote,
desde los más tristes
hasta los más húmedos,
se me hunde en el pecho
la lengua de fuego
me quema por dentro
me apaga por fuera.
Las paredes ni se ríen
¿cómo van a reírse las paredes,
si no son más que paredes?
¡Qué cursi, despotricar contra ellas,
qué ejercicio de poetisa sin ambiciones,
con el tic tac de fondo!
Solas y tristes
mi poesía y yo
echándote tanto de menos...
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