22 jul 2008

Aquí de nuevo, nostálgica de olas sin mácula

Tras la resaca del Orgullo, Mundo Mujeres, oposición (con suspenso vergonzoso incluido), etc... me he dedicado unos días a mí misma, a descansar, a tomar el sol en la playa y a darme unos baños revitalizadores que me hacían mucha falta.
He tenido el blog un poco abandonado, que nunca olvidado y regreso con la nostalgia veraniega pegada a la toalla. Nostalgia por las playas tranquilas y las aguas transparentes del mar de mi infancia, violadas por el turismo baratero e irrespetuoso con la Madre Tierra y la urbanización salvaje de mi querida costa mediterránea. Por aquellas piedras blancas y redondeadas truncadas en arena sucia repleta de colillas, por los pececillos atrevidos que jugaban conmigo a corre que te pillo entre mis pies infantiles en la orilla veraniega, que se han ido para siempre, con quién sabe qué muerte horrible de envenenamiento o pesca salvaje...

Voy todas las tardes a mi playa nudista, aquella cala indescriptible en su belleza que fue también la catedral sin techo de la ceremonia de mi boda, donde rendimos homenaje a la Diosa y le dimos gracias por nuestro amor Adriana y yo, firmando en la arena de sus orillas el compromiso de nuestro matrimonio. Cada vez está más llena, los fines de semana me resulta imposible encontrar un hueco donde disfrutar de paz y escuchar sólo la música del mar. Los habitantes de las ciudades huyen de las playas más frecuentadas, atiborradas de horteras habitantes de la meseta e ingleses enrojecidos por el sol y la cerveza barata, y se vienen a los reductos nudistas, hasta hace poco libres de aglomeración, y se traen sus tangas atigrados de última moda innecesarios en los santuarios del cuerpo desnudo al sol, sus neveras repletas de tappers y latas de refresco, sus hamacas y sombrillas a rayas, sus hijos maleducados corriendo y chillando como posesos... su indiferencia por la belleza que les rodea, su falta de urbanidad y respeto, sus miradas indiscretas a los cuerpos ajenos...

Quizá ahora que estamos "en crisis" y somos casi tan caros como cualquier país europeo se vayan olvidando poco a poco de nosotros, los indígenas de la costa blanca, y nos dejen en paz, con nuestras piedras que tanto les molestan y nosotros tanto apreciamos en las playas y nuestros difíciles accesos por senderos sin asfaltar y sin aparcamientos en línea. Quizá todas esas macrourbanizaciones que ya no se venden como churros se conviertan primero en poblados fantasmas y se disuelvan después en el polvo sahariano que amenaza con invadirnos las décadas venideras... Quizá nuestros pueblos se arrepientan de haberse prostituido al turismo y recuperen sus tradiciones y su mar limpia, sus casitas encaladas construidas sin prisas, sus patios emparrados de frresca sombra vespertina ... Quizá los yates de lujo tuerzan el rumbo y se dirijan a otras rutas y no nademos más entre las basuras que nos lanzan por su bordas de diseño... Quizá los motores de motos acuáticas, lanchas rápidas y quads emigren a otros lares a asesinar el silencio de los atardeceres...
Quizá ahora enpiece una nueva época y mi nostalgia se disuelva en espuma blanca y pura los próximos veranos...
Y los plásticos se conviertan en algas de posidonia...

2 comentarios:

yosune dijo...

Jope, por suerte el Cantábrico no está tan vendido...todavía. aún existen playas y calitas donde no llega el ruido de los domingueros... la próxima vez que vengas te llevo a una playa nudista chulísima...

Sobre Ángel González.. te lo recomiendo encarecidamente. Puedo describírtelo con palabras académicas pero no me gustan porque no cuentan realmente de lo que él escribía. Es mejor descubrirlo por tí misma. Ya mando cosinas suyas por correo ok??
Y sobre lo de escribir, sí que lo hago... a veces. Poesía y algunos relatos.... llevo mucho tiempo dándole vueltas sobre desmontar el mito de las amazonas con un relato... le estoy dando vueltas a una heroína que rompa un poco los roles sobre los héroes.

Pero me falta la técnica y los instrumentos para hacerlo jajaja, ideas a mogollón eso que no falte nunca¡¡¡

bueno pancha ya te mando alguna cosina por correo... jajaj jope nunca me pidieron leer mis cosas así...

besinos¡¡¡

Angie Simonis dijo...

Ánimo, que escribir es cosa de constancia y paciencia. Y de no esperar otra recompensa más que conseguir acabar lo que se empieza...
Yo tengo una novela de ciencia ficción sobre amazonas aparcada desde hace años, no pasé del primer capítulo, pero sé que algún día la retomaré.
Mientras tanto te recomiendo La Antorcha, de Marion Zimmer Bradley, una novela tremenda, donde se habla bastante de las Amazonas primigenias, las que ayudaron a Príamo en la guerra de Troya y cuya líder, Pentesilea, murió en lucha contra Aquiles. La protagonista principal es nada menos que Casandra, la visionaria sacerdotisa de Apolo que predijo todas y cada una de las catástrofes de la guerra y a la que nadie quiso escuchar...
La edición está agotada, pero te la puedes bajar por internet, aunque te aviso que es un tochazo de 459 páginas. Yo me la leí dos veces seguidas, de tanto que me gustó.
Besiños