21 ago 2008

Mis lecturas del verano




Este verano, además de algunos libros de ensayo sobre cine de mujeres que necesitaba leer para mis cursos, me he relajado y he disfrutado de algunas novelas. Me he pasado tanto tiempo leyendo por obligación para el DEA que ya no recordaba el placer de leer ficción, de apasionarme con un relato sin más pretensión que dejarme atrapar por el entretenimiento.
En junio leí La Dama. Titayú, una mujer íbera, de Ana Tortajada, una novela que pretende desvelar el enigma de la dama de Elche con la teoría de que fue una sacerdotisa del templo de la Diosa, en los tiempos en que aún convivían los pueblos matriarcales junto a los emergentes pueblos guerreros, de cultura patriarcal, que iban desplazando cada vez con más fuerza las sociedades en las que las mujeres guardaban un papel preeminente. Según la novela, Iria, la representante de la Diosa, fue inmortalizada por su amante, un artesano que aprende el arte de la escultura en su madurez y lleva a cabo su obra más perfecta, su imagen, antes de morir.
No soy muy amiga de los best sellers, pero tanto ruido hizo El código da Vinci que el verano pasado me decidí a leerlo. La novela no es que sea una obra de arte precisamente, pero me apasionó la posibilidad del matrimonio de Jesús y su hipotética descendencia con María Magdalena, simbolizada en el Santo Grial. Así que me prometí investigar más sobre el tema y ver qué había de serio en la teoría de Dan Brown.
Pues bien, este verano han caído en mis manos dos libros que me han ayudado a ampliar mis conocimientos sobre el tema y que sin duda formaron parte del material en que se basó la novela de Brown, ya que son bastante anteriores.
Uno cayó en mis manos por casualidad, mientras pasaba unos días de relax en casa de mi querida amiga Amparo, perdida en un riconcito del valle de Guadalest. En una de las estanterías de su biblioteca encontré Rey Jesús, de Robert Graves y me olvidé de todos los otros libros que llevaba, subyugada por la novela que vuelve a reiterar el matrimonio de Jesucristo con María Magdalena. Graves es muy conocido por su saga de Yo Claudio, gracias a la serie de televisión de la BBC que tan popular se hizo hace ya unos años. Pero Graves fue, ante todo, poeta y adorador de la Diosa. A él le debemos la monumental obra La Diosa Blanca, donde busca el origen de la Gran Madre a través de la poesía galesa y el simbolismo arbóreo, la mitología griega y los cultos mistéricos, y las religiones del antiguo Egipto e Israel. Graves buscaba incansable el verdadero origen de la poesía y llegó a la conclusión de que que la poesía era un lenguaje mágico vinculado con las ceremonias populares en honor de la Diosa Luna, Madre Tierra, Dadora De Vida (o algún otro de sus mil nombres), y que ese lenguaje fue corrompido por los invasores patriarcales. Graves murió en Deiá, Mallorca, donde vivió gran parte de su vida, en una casa donde presumía de que todo estaba hecho a mano (él mismo encuadernaba gran parte de los libros de su biblioteca). Fue Gertrude Stein quien le habló de Mallorca y el poeta visionario creía que allí estuvieron ubicadas las míticas Islas de Las Hespérides hacia las que Hércules se dirigió para recoger las manzanas de oro. Sólo que, como nos describe en esa curiosa mezcla entre novela y ensayo mitográfico que es El Vellocino De Oro, las tales manzanas eran en realidad doradas naranjas, y las ninfas, soberanas y sacerdotisas de las civilizaciones matriarcales del Mediterráneo, anteriores a los tiempos en que los pueblos del norte bajaron con armas de bronce y hierro a imponer sus dioses masculinos.
En Rey Jesús, expone polémicas teorías en torno al origen de Jesucristo, verdadero heredero del trono de Israel, puesto que su madre, María, procedía de la tribu de Benjamín y el hijo de Herodes, Antípodas, se casó con ella en secreto para de esa forma legitimar su derecho al trono, haciendo que José la pidiera en matrimonio para que no se sospechara de su secreta unión. Jesús se casó a su vez con María de Betania, hermana de Lázaro, para legitimar también su derecho a ser rey y, de hecho, su tortura y muerte forman parte del sacrificio ritual de todo rey en la cultura de la Diosa, para perpetuar la vida y la fertilidad de un pueblo. Pero Jesús dice en la novela "He venido a destruir las obra de la Hembra", por lo que no consumó su matrimonio, pues la pareja sin sexualidad y sólo unida en espíritu era el verdadero equilibrio con Dios. Esa es la parte que menos me gusta de la novela, yo creo firmemente que Jesús era un hombre como todos y me inclino más a pensar en su convencimiento de que hombre y mujer eran iguales y que tanto las mujeres como los hombres eran dignos de difundir su palabra. Otra teoría interesante que apunta Graves es la de que Jehová fue hijo obediente de la triple Diosa, y reinó en divina trinidad con otras dos diosas, Anatha de los Leones y Ashina de las palomas, a las que repudió más tarde , gobernando a hombres y mujeres a partir de entonces en solitario esplendor.
Sigo con mi insaciable curiosidad acerca del matrimonio de Jesús y acometo la lectura del ensayo de Margaret Starbird, María Magdalena y el Santo Grial. La verdad sobre el linaje de Cristo. Se hace un poco pesado porque la tal Pájaro Estrella es repetitiva hasta la saciedad (o debe creer que sus lectores somos un poco torpes de entendimiento o sigue el método americano de repetir y repetir para que te lo aprendas y te lo creas). Pero sí que airea cosas interesantes, como el matrimonio de Jesús de nuevo con María de Betania, conocida por Magdalena, no porque fuera de Magdala, sino porque era Magdal-eder, un topónimo cuyo significado literal era "torre del rebaño". El sustantivo magdala en hebreo significa "torre" y como adjetivo designa lo elevado, grande, magnífico, así que podría haber sido el equivalente hebreo de María la Grande, la esposa y principal apóstol (¡o apóstola!) del Mesías. Por cierto que Mesías, el Ungido, alude al ritual por el cual la sacerdotisa (las mal llamadas prostitutas o hierodulae, las servidoras sagradas del templo de la Diosa) ungía con perfume de nardo al esposo ritual de la Diosa, que es precisamente lo que hizo la mujer de Betania, según coinciden los cuatro evangelios, ungirlo para el sacrificio de acuerdo a la tradición mesopotámica de la Diosa. El consorte elegido por la sacerdotisa del templo (representante de la Diosa en la tierra), era sacrificado a fin de asegurar la fertilidad continuada del país, como hizo Jesús por el bien de la comunidad, en este caso, la humanidad entera. Al rey no se le podía permitir que envejeciera o se debilitase, ni que perdiera su fuerza o vitalidad, por cuanto la vida del pueblo era un reflejo de su vitalidad regia. Si su poder y su fuerza decaían , mermarían asimismo las energías de su gente. Al rey torturado se le sepultaba para "resucitar" tras un breve período de tiempo, que por lo general eran tres días. La pasión y muerte de Jesús no es más que una recreación de la del Dumuzi, esposo de Innana, del Osiris de Isis o del Dionisos griego, al que se comían tras sacrificarlo (como nos "comemos" los católicos el cuerpo y la sangre de Cristo), un simbolismo del alimento del pueblo gracias al sacrificio de su rey.Una recreación censurada, en la que se ha eliminado de raíz la parte más importante, la del matrimonio sagrado antes del sacrificio, el hieròs gámos griego, entre la novia y el novio elegidos para asegurar la prosperidad y la fertilidad del pueblo. Según Starbird, María, embarazada de Jesús, huyó con José de Arimatea, primero a Alejandría y después al sur de Francia. La descendencia de Jesús y María algunos testimonios sugieren que acabó fluyendo por las venas de los reyes merovingios, muchos de cuyos miembros fueron, a su vez, caballeros templarios de la primera cruzada (en 1098), cuya misión era restituir un heredero de la progenie de David en el trono de Jerusalén en la persona de Godofredo de Lorena. La Sangraal, o Santo Grial, se refiere la copa el vaso de la sangre de Cristo, un símbolo del vientre de María.
Los merovingios fueron depuestos por los carolingios (herederos de Carlomagno) y se pierde la conexión de la espiritualidad con lo femenino durante toda la edad media en toda Europa con la excepción de la región francesa de la Provenza, cuna del Amor Cortés (para Starbird otra manifestación del culto a la Esposa o Dama sagrada) y también centro del culto a María Magdalena, según certifican las numerosas capillas, fuentes, pozos y otras marcas geográficas de la región que llevan su nombre. De allí proviene la herejía cátara, compuesta por los campesinos y gentes sencillas en desacuerdo con la ortodoxia cristiana dominante y partidarios del cristianismo primigenio, humildes, de vida austera, pacifistas y vegetarianos. Su religión era más bien un estilo de vida fundado en la caridad, la humildad y el servicio a los demás y no creían en el matrimonio ni en las instituciones jerárquicas de la Iglesia, en el sacerdocio o en los templos físicos con imágenes y reliquias. Se consideraban iguales hombres y mujeres y a éstas se le permitía predicar. Los cátaros fueron perseguidos y quemados en la hoguera por la inquisición y sus documentos destruidos.
Pero la memoria de la búsqueda del Santo Grial permaneció gracias a los poetas y sus relatos sobre Parsifal y las leyendas dle rey Arturo y la veneración a María originó la poesía trovadoresca, dedicada a una Señora o "Dompna" (en langue d'oc, equivalente a Domina en latín), fuente de su entusiasmo y su alegría de vivir, el motivo para tomar la cruz de los cruzados y para devolver la Tierra Santa a la cristiandad y, muy a menudo, un amor secreto, como secreto era todo lo concerniente a María Magdalena. Se aventura que muchos de los trovadores eran cátaros encubiertos.
La Iglesia de Roma, advirtiendo la imposibilidad de desterrar el culto a María, la esposa de Jesús, se dedicó plenamente en el siglo XIII a establecer que aquella María a la que el pueblo veneraba era, en realidad, la madre de Jesús (mucho menos peligrosa una madre que una esposa en igualdad para sus ideas sobre la sumisión de las mujeres).
Los Templarios fueron así llamados por ser "constructores de templos" y a eso se dedicaron, dando origen al estilo gótico. Sus creencias se basaban en la fe en el principio cósmico de la armonía entre las energías masculina y femenina y sus secretos duermen en la geometría oculta de sus catedrales. Los rosetones de las vidrieras son una manifestación del culto a la Rosa (anagrama de Eros). Se cree que las catedrales góticas de Nuestra Señor en Francia septentrional estaban deliberadamente ubicadas de manera que reflejasen una imagen de la constelación de Virgo -Nuestra Señora- trazada en el suelo.
Starbird continúa su investigación relacionando todo lo anterior con la francmasonería, la tradición esotérica del Tarot, la alquimia, la pintura renacentista de Botticelli y Fra Angélico, el priorato de Sión, la leyenda del unicornio e incluso los cuentos de hadas tradicionales (esta última interpretación me ha parecido un poco forzada, la verdad).
Lo más sorprendente de toda esta investigación es que Margaret la empezó cuando leyó El enigma sagrado y, como ferviente católica, se dispuso a investigar seriamente para refutar la herejía del matrimonio de Jesús presente en el libro. Como buena científica estaba dispuesta a encontrar la verdad, pero esa verdad no fue la que ella imaginaba, sino todo lo contrario. "
Doctrinas que yo había creído como de fe, tenía que arrancarlas y dejarlas de lado, sembrando creencias nuevas y permitiéndoles echar raíces. Tenía que desmantelar todo el tinglado católico y romano, en el que había confiado desde mi infancia, para descubrir la peligrosa falla que había en su cimiento y, una vez reparada la fisura, reconstruir cuidadosamente el sistema de creencias (p.27).
Un proceso que, en mayor o menor medida, hemos tenido que hacer muchas defensoras de la espiritualidad femenina: darnos cuenta de la mentira en la que nos han sumido durante siglos, considerándonos evas pecadoras e incitadoras del mal, rechazarla con un enorme coste personal de pérdida de autoestima y espiritualidad y, tras un tiempo, re/crear nuestra propia creencia, creencias acordes a nuestro cuerpo, mente y espíritu. Una espiritualidad donde se restablece el equilibrio entre lo femenino y lo masculino como energías complementarias y no como fuerzas opuestas.
En el mundo antiguo se entendió y respetó el quilibrio de energías opuestas; pero en nuestro mundo moderno han prevalecido los atributos y las actitudes viriles. Es corto el paso que lleva de la adoración del poder y la gloria del principio solar/masculino a la "adoración dle hijo"; un culto que, a menudo, produce un macho ruin e inmaduro, colérico, frustrado, aburrido y muchas veces peligroso. Al final, incapaz de integrarse con su "otra mitad", lo masculino sucumbe a la consunción. El resultado final del principio femenino devaluado no es precisamente la contaminación ambiental, el hedonismo y el desenfreno criminal: el fin último es el holocausto.

Fuentes:
Sobre Robert Graves:
César fuentes Rodríguez, "Tras los pasos de la Diosa"

http://www.lamaquinadeltiempo.com/algode/graves1.htm

Martin Cid en

http://www.liceus.com/cgi-bin/gui/04/Graves.asp

Entrevista a Robert Graves en:

http://www.festivaldepoesiademedellin.org/pub.php/es/Diario/14.html

Libros:

Robert Graves, La Diosa Blanca, (Había un edición en Alianza, pero está agotadísima, se puede bajar de internet).
--- Rey Jesús, Edhasa, 1985.
Ana Tortajada, La Dama. Titayú, una mujer íbera, Maeva, 2006.
Margaret Starbird, María Magadalena y el Santo Grial. La verdad sobre el linaje de Cristo, Planeta, 2004.

1 comentario:

yosune dijo...

Pues sí que son interesantes jeje. Sobre el tema de que si Jesús se casó o no no leí mucho, pero sí que estuve, hace años en un grupo de mujeres que se llamaba Mujeres y Teología, es un grupo feminista que engloba a mujeres creyentes e intentan dar un poco de caña con el machismo de la Iglesia. En el tiempo que estuve nos dedicamos a leer cosas sobre las mujeres que aparecen en la Biblia, cual es su papel, cual era nuestra interpretación y por qué acababan siendo siempre secundarias...
Mujeres y Teología tiene grupos por casi toda España y normalmente lo forman chicas que han tenido problemas con la Iglesia...o, que siendo creyentes no aceptan que sea tan machista.

Si te interesa algo sobre las mujeres no tanto en la simbología cristiana como la historia de los primeros grupos te recomiendo que leas "Mujeres que se atrevieron", en l colección En clave de mujer, un estudio dirigido por Isabel Gómez Acebo, una teóloga que ye mu cañera jeje. son biografías de mujeres...El libro está publicado en Desclée De Brouwer, por la ATE, Asociación de teólogas españolas.

Mis lecturas son sencillas, los libros que me pillé en la Semana Negra de ciencia ficción...

Y me gustó mucho El vellocino de oro de Graves, jo lo leí en el instituto, cuando nos mandaron en clase de griego leer La Ilíada y luego intenté leer todo lo que hubiera por ahí de los griegos, tenía a mi profe aburrida...

besinos¡¡¡